jueves, 11 de junio de 2009

El viento sobre Lincoln






A veces el viento del Sur resbala

sobre la sepultura de Lincoln trayendo

voces y briznas de ciudades y árboles

nada pasa en su tumba las letras no se mueven

el mármol se suaviza con lentitud de siglos

el viejo caballero ya no vive

no existe el agujero de su antigua camisa

se han mezclado las fibras de tiempo y polvo humano

qué vida tan cumplida dice una temblorosa

señora de Virginia una escuela que canta

más de una escuela canta pensando en otras cosas

pero el viento del Sur la emanación de tierras

de caminos a veces se detiene en la tumba

su transparencia es un periódico moderno

vienen sordos rencores lamentos como aquéllos

el sueño inmóvil vencedor yacía

bajo los pies llenos de lodo que pasaron

cantando y arrastrando tanta fatiga y sangre

pues bien esta mañana vuelve al mármol el odio

el odio del Sur blanco hacia el viejo dormido

en las iglesias los negros están solos con Dios

con Dios según lo creen en las plazas

en los trenes el mundo tiene ciertos letreros

que dividen el cielo el agua el aire

qué vida tan perfecta dice la delicada

señorita y en Georgia matan a palos

cada semana a un joven negro

mientras Paul Robeson canta como la tierra

como el comienzo del mar y de la vida

canta sobre la crueldad y los avisos

de coca-cola canta para hermanos

de mundo a mundo entre los castigos

canta para los nuevos hijos para

que el hombre oiga y detenga su látigo

la mano cruel la mano que Lincoln abatiera

la mano que resurge como una blanca víbora

el viento pasa el viento sobre la tumba trae

conversaciones restos de juramentos algo

que llora sobre el mármol como una lluvia fina

de antiguos de olvidados dolores insepultos

el Klan mató a un bárbaro persiguiéndolo

colgando al pobre negro que aullaba quemándolo

vivo y agujereado por los tiros

bajo sus capuchones los prósperos rotarios

no saben así creen que sólo son verdugos

cobardes carniceros detritus del dinero

con la cruz de Caín regresan

a lavarse las manos a rezar el domingo

telefonean al Senado contando sus hazañas

de esto no sabe nada el muerto de Illinois

porque el viento de hoy habla un lenguaje

de esclavitud de furia de cadena

y a través de las losas el hombre ya no existe

es un desmenuzado polvillo de victoria

de victoria arrasada después de triunfo muerto

no sólo la camisa del hombre se ha gastado

no sólo el agujero de la muerte nos mata

sino la primavera repetida el transcurso

que roe al vencedor con su canto cobarde

muere el valor de ayer se derraman de nuevo

las furiosas banderas del malvado

alguien canta junto al monumento es un coro

de niñas escolares voces ácidas

que suben sin tocar el polvo externo

que pasan sin bajar al leñador dormido

a la victoria muerta bajo las reverencias

mientras el burlón y viajero viento del Sur sonríe.

de Pablo Neruda, en Canto General


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