lunes, 22 de junio de 2009

El cuerpo deshabitado






Yo te arrojé de mi cuerpo,
yo, con un carbón ardiendo.
-Vete.
Madrugada.
La luz, muerta en las esquinas
y en las casas.
Los hombres y las mujeres
ya no estaban.
-Vete.
Quedó mi cuerpo vacío,
negro saco, a la ventana.

Se fue.
Se fue, doblando las calles.
Mi cuerpo anduvo, sin nadie.
de Rafael Alberti


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